Bueno, abandonemos el off-topic para hablar de la película que toca The Silent War. Una gran, gran película, quizás la que más me ha gustado de esta dupla de directores.
Y al principio desconcierta, porque es un caos argumental, seguir quién es quién. No tanto el drama personal, ni los personajes principales, pero sí si estos luchan contra el Kuomintang, contra fuerzas rebeldes de China, contra occidentales... todo es un poco caótico, no sé si por mi incompetencia o porque realmente no lo explican mucho. Pero también hay muy buenas escenas de suspense, especialmente aquellas relacionadas con la misteriosa identidad del espía enemigo.
En la primera parte, la película es de puro género y de cierta frivolidad dramática, con un Tony Leung Chiu-wai ciego que parece Anthony Wong, de lo salido que está. Pero nuestro Tony Leung es Tony Leung, y ya sabemos que los grandes actores de Hong Kong son sus personajes, y al final vuelven las caritas melancólicas. Y empieza el melodrama, porque eso es la película, un melodrama disfrazado de film de suspense. De personajes decepcionados por sus vidas, golpeados por unos hechos históricos ante los que no pueden hacer nada. Y aparece, inevitablemente Wong Kar Wai. En la forma de planificar, en la manera de sugerir esas relaciones amorosas que nunca llegan a germinar. En plantear esos arcos temporales en los que dominan los silencios, las palabras nunca dichas. Y con Tony Leung es algo mucho más fácil de relacionar. Y más aún cuando suena el Casta Diva de Vincenzo Bellini, que está intimamente ligado (para cualquier amante del cine hongkonés) a 2046, cumbre (y tumba) de los excesos de WKW.
Y tienen el atreivimiento, Chong y Mak, de llevar todo esto al terreno político. ¿De verdad se estrenó esta película tal cual en China? Pues los censores no andaron muy finos, porque es un ataque en toda regla al régimen comunista (realmente a cualquier dictadura/gobierno represivo). Es cierto que se puede entender a la inversa, como exaltación y defensa de los valores, pero en fin, leyendo bien entre líneas... Tenemos un montaje paralelo que alterna entre un discurso de un directivo exaltando los valores de la nueva china comunista y un funeral. Tenemos un personaje que acepta ser ciego para servir mejor al régimen. Y la película termina en un cementerio rodeado de tumbas anónimas. Realmente, es un discurso muy bien hilado, pero muy crítico. De lo mejor que he visto en el cine hongkonés posterior a la unificación. Quizás Exiled 2, aunque allí era más obvio.
En fin, una película que se puede disfrutar de muy distintas maneras. Por supuesto, técnicamente impecable. Con grandes actuaciones y apariciones estelares. Una Zhou Xun preciosa, vestida muy chic con trajes y gabardinas años cincuenta. Un placer sensorial. Quizás abusa en algunos momentos (demasiados incluso) de ciertos tics más propios de las americanadas, como esa escena en la que tras lograr un enorme éxito, hay una escena a cámara lenta de gente aplaudiendo y abrazándose, que parece una parodia de las yankiladas. Está claro que la película funciona mejor cuando es sobria, cuando se limita simplemente a narrar la acción y a mostrar los silencios... y pierde cuando trata de exaltar ideas y sentimientos. Pero aún así, las impresiones son muy positivas, con una media hora final apoteósica, con varios giros de guión sorprendentesy bien hilados (nada de golpes bajos). Muy recomendable. No sé si es que he tenido suerte, pero este año he visto un montón de pelis hongkonesas majas... y aún quedan, entre muchas otras, Cold War y Floating City...