Secuela de
The Warped Ones (1960), en la que participaría practicamente el mismo reparto interpretando a los mismos personajes. El guión está basado en la historia original de
Tensei Kono y adaptado por
Nobuo Yamada, guionista con el que el director trabajó en repetidas ocasiones como en la anteriormente mencionada
The Warped Ones o
I Hate But Love (1963), y cuyos guiones han inspirado películas como
The Assassination (Masahiro Shinoda, 1964),
A Colt is my passport (Takashi Nomura, 1967) o
The Petrified Forest (Shinoda, 1973).
La música, centrada principalmente en el músico de jazz
Max Roach, corre a cargo del habitual colaborador del director
Toshiro Mayuzumi (
The Warped Ones,
Thirst for Love (1960)...), afamado compositor nominado a un Oscar por The Bible (John Huston, 1966) y ganador a mejor música en películas como
The Insect Woman (Shohei Imamura, 1963) o
Tokyo olympiad (Kon Ichikawa, 1965).
Como he comentado inicialmente, el reparto y personajes son los mismos que en
The Warped Ones, incluso la mayoría de localizaciones son las mismas, la más significativa, la cafetería de temática jazz que suele frecuentar Akira, Yuki y demás amistades.
Koreyoshi se aleja un poco de la violencia extrema para ahondar en la relación de amistad entre dos personas. La moraleja es que no importa raza o nacionalidad, todos somos iguales. Tambien se explota aún más la enfermiza obsesión de Akira, convirtiéndole en un ser que hace todo por y para el jazz. Como viene siendo habitual, el director deja su huella en forma de encuadres y planos maestros magistralmente estudiados.
En fín, quizás no llegue al nivel de su predecesora pero aún así merece la pena.
Sinopsis: Akira es un delincuente habitual obsesionado con la música jazz que malvive como puede en una iglesia en ruinas. El destino hará que se cruce con Gill, un afroamericano fugitivo de la ley al que se verá obligado a refugiar. Aunque ninguno habla el idioma del otro y los comienzos serán algo violentos, Akira y Gill poco a poco irán fraguando una relación de amistad.