Recién la acabo de ver. Acá es domingo por la noche, así que fue el plato fuerte del fin de semana.
No me gustó mucho, por dos razones. Primero porque me pareció algo dispersa. Se nos recrea la vida de unos personajes del Japón de hace setenta años; el Almirante del título y unos cuantos personajes secundarios, algunos de los cuales son figuras históricas. Pero los guionistas parecen carecer de la confianza necesaria para hacer un recorte preciso de ésta época, y en lugar de eso tratan de pintarnos una visión de conjunto de toda una sociedad. Aparecen entonces un montón de personajes y escenarios secundarios, que aportan muy poco a la historia de Yamamoto.
Lo que si hacen estos personajes es pintarnos una sociedad sin matices. De un lado tenemos a los fascistas e ignorantes, que van a precipitar a su país en el Armagedon. De otro unos pocos que parecen tener una bola de cristal. Las actitudes, las opiniones que los guionistas adjudican al Almirante Yamamoto y a estos pocos iluminados tienen el peso de los juicios retrospectivos. En cualquier momento de la película, si aparecen cuatro pesonajes reunidos, tres se expresan de una manera y el cuarto deja en suspenso una opinion disidente. No dudo que así es como a los Japoneses les gusta verse hoy en día, y como les gustaría haber sido entonces. Esto es algo que ya había visto antes en películas bélicas producidas por los países perdedores (me vienen a la mente algunas escenas de Das Boot, y a Willem Dafoe diciendo en Peloton: "Creo que perderemos ésta guerra").
No niego que halla habido gente en el pasado con la suficiente inteligencia, o al menos independencia de pensamiento, para preveer lo que se les venía encima. Y de estos Yamamoto fue uno de los mas destacados. Pero extraño los grises.
La segunda razón, y la mas importante, por la que no me gustó mucho la película es porque en ocasiones intenta reescribir la historia; varias veces ensalsa la figura de Yamamoto en desmedro de otros personajes históricos.
Sólo voy a dar dos ejemplos.
El gran fallo del ataque a Pearl Harbor fue que, aunque muchísimas unidades de superficie resultaron tocadas e incapacitadas por varios meses (cuando no hundidas), los portaaviones lograron escapar al ataque y los depositos de combustible de la base resultaron también ilesos. Muchos historiadores encuentran responsables de este fallo al Almirante Chuichi Nagumo, que comandó el ataque. Y es cierto que, analizando los resultados de la batalla a posteriori, un tercer ataque aereo hubiera paralizado las operaciones de la Marina Norteamericana por varios meses. Así como también es cierto que una tercera oleada de atacantes ya no hubiera tomado a los americanos por sopresa y hubiera sufrido tremendas perdidas. De cualquier modo, yo reto a cualquier historiador de salón a que se pare en los zapatos de Nagumo en ese momento, con su posición cada vez mas expuesta y los portaaviones de Halsey acercándose a todo vapor.
Hoy sabemos que Nagumo se equivocó. Pero lo que fue un error táctico, en la película aparece como una estrategia de personajes siniestros, entre los que destaca el Jefe de Estado Mayor, Almirante Nagano, que desean utilizar la flota para futuras conquistas y le dan la órden a Nagumo (saltéandose la cadena de mando) de volver con todos los barcos intactos.
Este es un momento feo en la película. Unos guionistas ingeniosos le quitan a Nagumo el derecho a equivocarse. Y no lo hacen una sola vez.
Creo que el hablar de la derrota de Midway (¿dije derrota? ¿acaso estoy demostrando muy abiertamente mis simpatías?) no estoy haciendo ningún "spoiler". El plan de la operación Midway fue muy complejo y consistió en varias fases. Su objetivo era atraer a la marina americana a una batalla decisiva después del raíd de Doolittle. Sin entrar en detalles, la ocupación de la Isla de Midway y la posterior batalla con las fuerzas americanas que aparecieran para contraatacar eran dos fases diferentes. En la película se nos cuenta que la Operación Midway fue concebida como un plán de Yamamoto para atraer a la batalla a los portaaviones americanos que habían escapado al ataque a Pearl Harbor, dejándo de lado todo lo que tuviera que ver con la ocupación de la Isla; ésta nos es presentada como un desplante del Estado Mayor de la Marina. Vemos al ambicioso Nagano ponerse de acuerdo con el antipático Nagumo para concentrar sus ataques en la Isla. Yamamoto, que sólo piensa en portaaviones, lleva su clarividencia al extremo de darle indicaciones tácticas a Nagumo diciéndole que debe cargar torpedos en sus aviones (aptos para hundir naves) y no bombas de caida libre.
¡No y mil veces no!
En la película no se hace mención alguna de que la Inteligencia Naval Americana había descifrado para entonces los códigos de la Marina Japonesa y los leía con regularidad, lo que le permitió tender una emboscada. Nagumo fue pillado por sopresa, pero no porque hubiera insistido en atacar la Isla de Midway en lugar de los portaaviones. Sus órdenes, que le habían sido dadas por Yamamoto, eran bombardear la Base de Midway para ser ocupada. Y cuando Nagumo fue víctima de los primeros ataques, no tenía modo de saber si los aviones atacantes venían desde tierra o desde portaaviones. No fue hasta después que sus aviones de reconocimiento hubieran descubierto los portaaviones enemigos, y tras rechazar exitosamente tres oleadas de aviones atacantes, que Nagumo aceptó cambiar las bombas por los dichosos torpedos. Y fue justo entonces cuando le sorprendieron los bombarderos en picada del Enterprise.
Puedo entender que en la película se recojan episodios que hoy se consideren válidos de ser recordados, como el sacrificio del Almirante Yamaguchi (que también aparece descrito en "De Pearl Harbor a Midway"). Pero no me gusta que se cambie la historia para darle brillo a unos personajes en desmedro de otros. Nagumo fue un militar muy profesional, que cometió sus errores pero en modo alguno fue la figura desleal que pinta esta película. Ya bastante castigado fue por el mismo Yamamoto, que después de Midway lo nombró comandante de los barcos incendiados y aún a flote. Un gesto que tampoco aparece en la película, por cierto.