Hacía bastante tiempo que no veía nada de cine iraní, más allá de las películas de Ashgar Farhadi o algún documental o híbrido de Jafar Panahi, y, hurgando entre mis archivos disponibles me topé con esta maravilla. Es un película aparentemente sencilla, sin estridencias, pero con muchas capas en las que el protagonista, un adolescente bravucón un tanto ignorante empieza a ver la realidad que le rodea, o al menos con otros ojos, a través de la situación de la gente que le rodea. Drama, crítica social y algo más, para una película que merece y mucho la pena.