Por fin he podido verlas. Primeramente agradecerle a
Fingo, una vez más, el habernos traído éste gran clásico.
Yotsuya Kaidan se escribió inicialmente para el teatro kabuki, y a lo largo de la historia se ha ido modificando para adaptarla a diferentes versiones en el teatro. La historia está basada en acontecimientos reales ocurridos en Edo, aunque con muchas pinceladas ficticias. En cuanto a las adaptaciones en el cine, por lo que he leído, es la obra más versionada del cine japonés. He podido localizar hasta 29 versiones de la obra llevadas al cine, la primera de ellas en 1911, y 18 versiones son anteriores a ésta joya que nos ha traído
Fingo.
La película no es estrictamente fiel a la obra, si bien la historia y personajes son practicamente los mismos, hay varios acontecimientos importantes que se han cambiado. La presentación y desarrollo de los personajes quizás acapare demasiado metraje, por una parte es bueno para adentrarnos en la personalidad de cada personaje, pero por otro, le resta muchos minutos al desenlace final, y sobre todo, a la figura del fantasma de Oiwa, que practicamente pasa desapercibido durante toda la película.
Esta versión se centra sobre todo en la desesperación de Iemon, y le da un gran peso al personaje de Naosuke, que gana en perversidad a medida que avanza la película. Naosuke es la maldad personificada, se mueve por puro interés y ejerce constantemente como si de la conciencia mala de Iemon se tratase.
En cuanto al director, me quito el sombrero, no ha escatimado en medios para rodar la película, con el traveling inicial de la revuelta ya me había ganado. Sabe poner la cámara donde debe, consiguiendo planos magistrales desde todo tipo de ángulos.
En el foro tenemos el privilegio de contar con varias de las adaptaciones que se han llevado al cine de ésta obra, por ejemplo la que dicen que es una de las mejores versiones
The Ghost of Yotsuya (Nobuo Nakagawa, 1959), o la versión del genial
Kenji Misumi Yotsuya kaidan (1959),
Ghost Of Oiwa (Tai Kato, 1961), con
Tomisaburo Wakayama en el reparto,
Illusion of Blood (Shirô Toyoda, 1966), con el gran
Tatsuya Nakadai, o el intento de
Kinji Fukasaku de fusionar
Chushingura con
Yotsuya Kaidan en
Crest of Betrayal (1994).
En conclusión, un clásico de obligado visionado, tanto por la obra en la que está inspirada, como por el genial trabajo que han realizado director y actores.