Un hombre con complejo de superheroe salva a una hermosa mujer del ataque de cuatro desconocidos. Después de ello se la lleva a su casa, a partir de lo cual la situación se convierte en una lucha a vida o muerte por su esperma.
Sí, ese es el argumento básico de la segunda película de Oh Young-doo después de
The Neighbour Zombie. Y aquí estamos, con una película producida con cuatro duros, con casi todas sus escenas rodadas en un escenario único (la casa del director) y con dos personajes. Y aunque el título y sus carteles pueden llevar a pensarse que estamos ante una comedia sexual al estilo niponés o cantonesa no es el caso. Es apasionante ver a un nuevo director que lo que le falta de recursos lo supera y con creces con ideas, con ganas de hacer algo distinto, y sobre todo si estamos hablando de la escena surcoreana en donde siempre parece que rarezas las justas.
La película, que dicho claramente me ha parecido magnífica, salta de estilos y géneros sin la menor vergüenza. Un comienzo en plan acción, de ahí a pausarse de forma romántica, una sacudida de comedia friki y surrealista y de repente cuando menos te los esperas el drama violento y abrupto. En espíritu me recordó mucho a aquella genialidad llamada
Save The Green Planet por lo inclasificable, con la diferencia de presupuesto entre las dos, claro.
Bueno, a algunos les parecerá una tontería. Yo por mi parte tengo un director a seguir sí o sí.