Inspirado en Ben Hur y Los diez mandamientos, Masaichi Nagaga (presidente de la Daiei) elige nada menos que la vida de Buda como argumento para la primera película religiosa épica de Japón rodada en 70mm. Jugándose el futuro del estudio con este proyecto, da la responsabilidad de la dirección a Misumi, que ya estaba avalado por el éxito de sus modestas obras de época y que en varias ocasiones superaron las producciones de primera fila de la Daiei.El film recorre la vida de la deidad desde la renuncia a la fortuna de su padre y su larga meditación bajo el árbol Bodhi, a través de la transformación del príncipe Siddharta en Buda, los milagros que hace para los necesitados y sus enseñanzas a lo largo del país. El resultado es mucho más de lo que uno podría esperar: grandes decorados, miles de extras y un reparto de estrellas del top de la Daiei. Aunque inevitablemente menos fastuosa y deslumbrante que las películas que la inspiraron, no es desde luego un intento fallido, como por ejemplo al mostrar el clímax de la destrucción de una ciudad entera. Que todos los personajes indios estuvieran interpretados por actores japoneses podría causar estupor, pero Shintaro Katsu como Devadatta no es ciertamente más estrafalario que Yul Brynner como faraón egipcio. (El único no japonés del reparto es la actriz filipina Charito Solís, contratada aquí fundamentalmente por el tamaño de sus pechos).Buda algunas veces es burda y sobran las interpretaciones histriónicas, pero así como nunca será recordada en la historia del cine japonés como nada más que una divertida nota de pie de página, conserva el gran valor de haber desarrollado la marca de estilo de Misumi. La elección de mostrar a Buda como sólo una sombra o silueta después de levantarse del árbol Bodhi da al director la cómoda oportunidad de experimentar con un tipo de composiciones expresionistas que serían características en su trabajo posterior a lo largo de las películas de lobo solitario.La apuesta de Nagata funcionó por esta vez. El éxito de Buda abrió el camino a Misumi para convertirse en uno de los principales directores de la Daiei, con gente como Kon Ichikawa y Kenji Mizoguchi. Sin embargo, rechazó el prestigio y prefirió mantenerse trabajando en sus amados chanbaras.
¡Dios santo!¿Hay alguien ya con la traducción? ¿Me la pido?PS: ¿De dónde los has sacado, jamsa? Qué genio