Pues eso. Me ha parecido bastante copia de estilo de Naoko Ogigami, pero sin llegar a su nivel.
Aunque el ritmo, los movimientos de cámara, los diálogos,... invitan a la placidez y al buen rollo, la premisa de la que parte la argumentación de la madre no me convence. Que debemos buscar la felicidad, por supuesto, pero que debemos hacer siempre lo que queramos, sin tener en cuenta nuestras responsabilidades, pues no.
Ver.
MieMie.