The wild, wild rose es un clásico del cine hongkonés. Seguramente una de las mejores películas producidas por la otra compañía mítica de la excolonia, la Cathay, que a diferencia de la Shaw no ha resultado muy exportable, pero que tenía una vocación por un cierto clasicismo en su cine, más dado al musical y al melodrama que a espadachines y artes marciales. Dirigida por Wong Tin-Lam (padre del payaso y hombre de éxito Wong Jing, y actor secundario omnipresente de los films de Johnnie To), que tiene una filmografía inmensa, que abarca treinta años desde principios de los cincuenta, la película está protagonizada por la reina de la canción en aquella época, Grace Chang, que pese a llevar años y más años retirada, se ha convertido en todo un icono (preguntarle a Tsai Ming-Liang, en caso de duda)
Y precisamente Grace Chang es la piedra angular en la que se sostiene y sustenta esta película, adaptación de la Carmen de Bizet a su manera, conjunción de musical (preparaos para oir canciones míticas en mandarín y en interpretaciones memorables), drama (con un cierto toque de cine clásico chino) y cine negro (Johnnie To la eligió entre sus películas preferidas en este género). Una Grace Chang que cualquiera que vea esta película no podrá olvidar, ofreciendo un registro espectacular, al alcance de bien pocas, mítica e inalcanzable. Los demás se limitan a seguirla como bien pueden, y ella simplemente ocupa cada lugar de la pantalla, reinando entre sus planos típicamente noir.
En fin, una película a descubrir, una película que sorprenderá (que no os eche para atrás que sea un musical, precisamente), un trozo de la historia del cine cantonés por muchas razones. Y ahora, en zine/0, para disfrutarla en toda su intensidad, que es mucha...