Se nota que Titokrause ya no anda por aquí, que era que yo sepa el otro fan declarado de Toyoda aparte mia en el foro, y este retorno del director a pasado bastante desapercibido.

Comentaba en el primer post lo de "caido en desgracia", de hecho se dice que está en una lista negra de la industria a causa de su detención por posesión de drogas. No se si es totalmente cierto, pero lo que está claro es que la película ha sido rodada con cuatro duros, con unos medios que mas parecen de un proyecto de fin de carrera que de un director con seis películas, con unos vestuarios que parecen sacados de un tenderete jipi y con un reparto que huele a reunión de amigos, con varios de los actores de sus filmes anteriores, la presencia de Masao Kusakari y su hija Mayuu y el protagonismo de Tatsuya Nakamura que no es precisamente un actor muy "mainstream" que digamos.

Pero da igual, Toyoda es mucho Toyoda y le ha salido una obra mas que sobresaliente. Si para mi algo caracteriza la carrera de este director es que cada película es mejor que la anterior, y aunque en este caso no haya conseguido seguir esa linea, por falta de medios y por ser su precedente toda una The Hanging Garden, con un fantástico trabajo de dirección sacando todo el provecho a sus pocos recursos (menos mal que es un director puramente indie y tampoco es que sea hombre dado a la pirotecnia), con una utilización de la luz y el color que recuerda a su anterior película con esos rojos tan predominantes y con un guión basado en una leyenda japonesa que desconozco si es mucho o nada fiel a la historia original pero que me ha parecido de gran fuerza dramática, le ha salido una obra que me ha encandilado.

En cuanto a las interpretaciones me hizo gracia que siendo la primera vez que Toyoda se sale del cine "urbanita" y se pasa a la mitología medieval, sus personajes siguén pareciendo los mismos descastaos de ciudad característicos de sus filmes. Y hay que ver como Tatsuya Nakamura aprovecha sus conocidas artes como batería para dar esos peazo masajes. Vaya solos que se marca en las espaldas de sus pacientes el muy cabrón.

Pues eso, que creo que se merece una oportunidad