Tiene una pinta grandiosa esta película. Su dedicación a la hora de reproducir la estética tanto del cine de la posguerra como el de la Segunda Edad de Oro del cine japonés es digno de admiración. Pero no se queda ahí, parece que la película atraviesa buena parte de la segunda mitad del siglo XX japonés a través de la reproducción de la estética de cada época.
Ahora solo queda saber si contará la enésima historia de superación personal y familiar del cine japonés o irá más allá. No he visto ninguna de las anteriores películas de Koizumi, pero parece un director muy respetado en Japón, pese a tener apenas 30 años...