jidaigekipedia.comLa matanza de piratasKenji Misumi es el primero en repetir dirección en la saga Sleepy Eyes of Death. Con este título, Sword of Fire, nos presenta una trama interesante aderezada con suficiente dosis de acción. En el plantel de actores asistimos al regreso de Tamao Nakamura, que ya participó en The Chinese Jade, y sumamos al experimentado Ko Nishimura.
Sinopsis: Nemuri presencia el enfrentamiento entre una mujer y un hombre, y actúa en favor de la más débil tras saber que cumple una misión de venganza. Este acontecimiento, y su posterior encuentro con un hombre a punto de ser ejecutado, le involucra en una trama de secretos y avaricia maquinada por el chambelán del clan Todo en Edo. De no hacer algo para evitarlo, morirán todos los supervivientes del barco pirata Toba Seijun, único obstáculo entre el villano y su objetivo.
Los compases iniciales dejan claro que el protagonista no ha cambiado un ápice. Le traen sin cuidado los problemas ajenos y se mantiene impasible ante el sufrimiento de los demás. Sólo las mujeres se benefician de su ayuda, y siempre debiendo entregar sus cuerpos a cambio. Sin embargo, una vez metido en la historia no cede en su empeño por conocer la verdad y hacer que los rufianes sean castigados. Es curioso que el empujón final se lo dé el colgante cristiano de Oryo, cuando en anteriores entregas había despotricado contra la religión.
Salta a la vista el enorme poder que tiene el chambelán de un clan en ausencia de su señor. En nuestro prolongado contacto con el chambara hemos visto cientos de veces cómo se aprovechan del mando temporal que les otorga el sankin kotai para sacar beneficios de forma deshonrosa. El clan Todo en particular se encontraba en una posición delicada a este respecto, puesto que su Daimyo era de los Tozama, aquellos que se habían convertido en vasallos del Shogun después de Sekigahara. La actitud del chambelán Atobe pone contra las cuerdas a su señor, Takayuki Todo.
La acción no tiene mayor secreto que el ver una vez más cómo la técnica secreta del protagonista hace estragos entre sus enemigos, a través de una cámara que siempre filma objetos desenfocados en primer plano. En Sword of Fire el Corte de Luna Llena resulta particularmente efectivo contra grupos, no sólo en enfrentamientos individuales, y abandona ese aire místico que había inventado Kazuo Ikehiro en Sword of Seduction.
La última nota de entretenimiento la pone esa escena final que parece directamente sacada de la saga Zatoichi. Digno cierre para una cinta que ofrece 85 minutos de diversión sin pausa.