Me ha sorprendido porque esperaba algo más cómico, y al final resulta que la parte dramática tiene un peso mucho mayor. Pero eso no es malo ni mucho menos, ya que le da una profundidad a la película que no me esperaba.
Como moraleja le veo la injusticia intrínseca que hay en el mundo. Las buenas obras no tienen porque ser recompensadas ni las malas castigadas, y cuando eso sucede, el resultado no es proporcional. De veras te hace sentir compasión con el protagonista (
la de ganas que tenía que le partiera la cara al Matsuda), y al final acabas sintiendo su misma impotencia. No es que el hombre acabe muy bien, pero seguro que es más fuertee que al principio (
y almenos tiene lejos esa pava que no hace más que amargarle la vida ).
Un imprescindible que se lleva.