Yasuharu Hasabe era uno de esos artesanos habilidosos (y con una cierta personalidad) de la Nikkatsu. Allí se dedicó intensivamente a dos géneros: el cine de acción y Roman Porno, es decir, dos de los pilares de la productora japonesa para salir de los malos tiempos. Así, es dicífil haber visto un número determinado de películas de estos géneros y que alguna de ellas no fuera suya.
Entre las cosas que hizo, pues también se encuentra esta Sengoku rock: Female warriors, que en Estados Unidos sacaron con el ingenioso título de The naked seven. Y razón no les faltaba: son siete y tienen una cierta propensión al desnudo. ¿Siete qué? Pues estamos ante un chambara de mujeres. Una banda de mujeres justicieras (eran tiempos pródigos en ellas, y Hasebe algo sabía del tema) que además de darle gusto al cuerpo tenian un cierto gusto por la justicia social. En concreto, estas se dedican a robar armas de fuego para pasárselas un bandido que se supone que se va a dedicar a salvar a los campesinos. Ya sabéis, siete mujeres, campesinos, en fin: Los siete samuráis. Sí, estamos ante un homenaje, parodia (triste parodia, porque es un tanto nihilista) de la película de Akira Kurosawa.
Hasabe realiza una película muy de su tiempo, muy setentera. Veloz, a ritmo de rock, desprejuiciada, trágica, llena de miserables cabrones, un tanto apocalíptica. Une todo lo que pasa por su cabeza y el resultado es una obra que tiene el buen gusto de no aburrirnos, además de dejarnos alguna que otra sonrisa, con curiosas referencias ya no sólo a Los siete samurais sino, por ejemplo, a Hanzo, en los métodos de alguno de los malos de la película.
En fin, recomendable para pasar un buen rato y recordar aquellos tiempos de amor y libertad cinematográficas. Y de propina, los subtítulos traducidos por Pazgua. Disfrutadla.