jidaigekipedia.comLa otra cara de la venganzaTambién conocida como
Araki Mataemon, está dirigida por Kazuo Mori siguiendo un guión del gran Akira Kurosawa. Narra una historia de venganza que tuvo lugar en 1632 y que ha sido versionada a menudo en las narraciones japonesas de Kodan.
Comienza de forma sorprendente mostrando el enfrentamiento final según la versión popular. Es el típico clímax de cine chambara donde los enemigos son perversos y los protagonistas nobles y valientes. Todos luchan sin la más mínima contemplación hasta que el maestro Mataemon derriba uno tras o otro a todos sus adversarios como si de muñecos de paja se tratara. Entonces es cuando el narrador interrumpe la escena y explica las diferencias entre la historia real y la mitificada, alejando a la película del subgénero chambara y dejándola en un jidai-geki a secas.
En
Vendetta of Samurai vemos que la venganza no es tan gloriosa y bonita como suelen mostrarla en el cine samurái, sino que en ocasiones puede llegar a convertirse en una carga insoportable que requiere mucho tiempo y que va consumiendo poco a poco a quien la persigue. Afecta también a todos los familiares, que por honor deben ayudar y mantenerse del lado de sus allegados aunque la disputa no tenga que ver con ellos.
De lo más curioso que encontramos en el film es el hecho de que Araki Mataemon afirma no haber luchado nunca antes con una katana de verdad. Estamos tan acostumbrados a la violencia samurái que nos sorprende algo tan evidente como que los ronin, yakuzas y demás, no recorrían las calles batiéndose en duelos por cualquier banalidad día sí y día también. Este hombre, a pesar de ser un maestro de esgrima, toda su vida había empleado espadas de madera en duelos concertados. Esta ya es muestra más que suficiente de la distinción que se quiere hacer con respecto al chambara temerario; el de los muñecos de paja que mueren a pares con cada mandoble de espada de un protagonista familiarizado con el combate y la muerte. Nuestros personajes tienen miedo, y esto se exagera al máximo hasta el punto de convertirlo en algo ridículo y surrealista.
La música está bien, la historia es atractiva, la narrativa es fluida (como no podía ser de otra forma con guión de Kurosawa), y todo se cuenta mediante flashbacks mientras cuatro hombres aguardan con nerviosismo el momento que tantos meses llevan esperando. Recomendable.