La he visto anoche, y francamente no me ha gustado. Cuando hay tantas opiniones a favor, meterse contra la película desataría una polémica que no sé si aportaría mucho, porque me parece que lo básico de mi desencanto radica en que a mí no me gusta este tipo de cine. Por eso digo que "no me ha gustado" en lugar de decir que es "mala". Paso no obstante a comentar algunas cosas, no para justificar mi desencanto y contraponerlo a vuestro entusiasmo, sino simplemente para explicarlo.
Como muchos de ustedes, creo que la película se asienta sobre una muy buena historia, y que funciona muy bien en lo estrictamente narrativo de la letra, del guión. No sabía antes de verla lo que comenta
pazgua respecto al libro, pero es notorio que hay por debajo un gran trabajo literario, digamos así. El guión no sólo funciona de manera impecable impulsando el desarrollo de la trama, sino que está muy bien escrito. Y si esto puede apreciarse en una traducción de una traducción (japonés > inglés > español) estimo que en su lengua de origen debe ser mucho más rico aún. Coincido también con la opinión de que la película está muy bien actuada, y en ese sentido hay que destacar además lo bien dirigida que está la actuación en puestas en escena complejas, con muchos participantes y mucho dinamismo.
Mi principal problema con la película radica en su realización, en su cinematografía, que me ha parecido en extremo artificiosa, con un preciosismo fotográfico más propio de la estética publicitaria que de la cinematográfica, poblada de lugares comunes en el uso de imágenes que funcionan como refuerzos visuales al texto en off (otro recurso publicitario) o que sencillamente son muestras de virtuosismo técnico que no son en absoluto funcionales a la historia (todos esos planos cenitales de la terraza, por ejemplo, o una infinidad de primeros planos, principalmente de objetos, que son por completo intrascendentes). En lo visual la película es un laguísimo videoclip que ilustra la narración de manera efectista, tanto en el uso de la cámara lenta, que resulta por completo exhasperante cuando se transforma en el único recurso narrativo que tiene la imagen, como en el de la música, que recurre también a fórmulas tan remanidas para promover un bakground de refuerzo emocional, que acaban rondando lo cutre. El conjunto de la realización cinematográfica me ha parecido un "eye candy", un artilugio llevado adelante, eso sí, con una admirable e indiscutible capacidad técnica.
Aunque obviamente queda "fuera de foco" debido a la intensidad de la historia de la venganza en sí, la inimputabilidad de menores como reflexión que subyace a la venganza me resultó además bastante jodida como comentario social, porque el guión se asienta sobre una lógica reproductiva que naturaliza la violencia, viéndola como una suerte de flagelo que alcanza a algunos individuos "malos", sin permitirse una mísera reflexión sobre el fenómeno de la violencia infantil en el mundo contemporáneo. Este maniqueísmo adopta además representaciones visuales casi pueriles, como el marcado contraste cromático, de encuadre y de actuación para subrayar la diferencia entre la pureza y la inocencia de la hija de la profesosra, y la maldad irracional de los niños que acaban por asesinarla. Obviamente no estoy diciendo que la película "debería" hacer comentarios sociales explícitos, lo que estoy diciendo es que las reflexiones que dispara terminan siendo funcionales al tipo de violencia que condena.
En fin, ya les dije que no me había gustado
Pero no me odien. Simplemente no me gusta este tipo de cine. La verdad es que tuve algunos reparos respecto a
Outrage, pero después de ver
Confessions me dieron ganas de ir corriendo a darle un beso a Kitano...