Vista. Las comedias de Ogigami, aparte de lo divertidas que resultan, llaman siempre a la reflexión sobre determinados aspectos de nuestras vidas, esos en los que muchas veces no nos paramos a pensar. En esta ocasión, se aprecia una buena caricatura de algunas de esas tradiciones que todo pueblo tiene y que, por ancestrales que puedan ser, no parecen tener mucho sentido en el momento actual, aunque sin embargo se mantienen y defienden a capa y espada. La actriz Masako Motai, como siempre, me ha resultado muy convincente; le vienen bien este tipo de papeles. Y los chicos también, muy bien dirigidos.
Saludos