Bueno, pues cerré ayer el miniciclo de las noches eróticas (jeje) de Takashi Ishii. Mi sensación es muy similar a A night in nude. Buena ambientación, buena presentación, buena premisa argumental... pero también muy hinchada de minutos y lleno de momentos excesivamente cursis. ¿Cuántas veces hemos visto un plano fijo de dos actores hablando pausadamente, sin decir lo que deberían decir (ocultación de sentimientos) mientras suena de fondo una melodía de piano? No sé, a mi me cansan esas cosas ya... Se nota que está muy pensada y funciona mejor cuando es furiosa (hay un plano secuencia subjetivo muy chulo a mitad de la peli), cuando la violencia estalla en pantalla sin ninguna doble lectura. O cuando Ishii se adscribe sin condiciones al género yakuza.
Así que en mi opinión vuelve a ser una película irregular. Que demuestra el enorme talento de un director que nunca fue capaz de explotarlo por completo. Recomendable aún así, especialmente por su final. Es de esos finales icónicos e inconmensurables que, de haberse estrenado la película en España en su día (o unos pocos años después), hoy sería un clásico absoluto de nuestra cinefilia. No sé si Tarantino habrá visto la película, pero le pega mucho...