Las películas que terminan siendo una saga suelen ser recordadas como "de culto" y este es un claro ejemplo. La década de los 70, con la saga Stray Cat Rock, sería el comienzo de la "fiebre" por rodar películas de "Pinku Violence".
El film que nos ocupa mezcló y agitó perfectamente esa fiebre que se creaba mezclando erotismo, violencia y perversión, tendencias que se empezaban a explotar demasiado. Meiko hace enormemente el papel de mujer fría y distante, aunque en algunas ocasiones su expresión sobrepasa la línea de la normalidad. En general la historía está bien contada pero se podría haber sacado más partido. El director tiene constantes subidas y bajadas de esplendor, es decir, por un lado tiene secuencias y planos sublimes, pero por otro, abusa de recursos como el movimiento rápido de la cámara, que se hacen pesados.
La película está basada en el manga Sasori (1970) de Toru Shinohara, y fue el comienzo de una saga y remakes que hoy en día superan la decena, el último remake ha sido recientemente, en concreto en el año 2011 con el tíutulo
Female Prisoner No. 701: Sasori. A lo largo de la historia, han sido muchos los homenajes a la película en forma de clichés, un claro ejemplo lo tenemos en
Love Exposure, cuando el personaje se disfraza de Sasori, o la decisión de Quentin Tarantino de añadir la canción principal de la banda sonora original de esta película en
Kill Bill 2.
En definitiva, para los amantes del erotismo, violencia y perversión un imprescindible, para los demás...quizás un ver.