AVISO: como Faubourg ya nos dejó un comentario magnífico sobre el guión, la trama, la técnica y demás, aquí me voy a centrar en el marco histórico y la comparación con los hechos reales. Al tratarse de un evento histórico, conocer la realidad es un spoiler de la película. Así que abstenerse los que no quieran saber nada.jidaigekipedia.comMovido por la ambiciónLos hechos que narra la película tuvieron lugar a mediados del periodo que se conoce como Bakumatsu, concretamente en 1860, y marcan un punto de inflexión a partir del cual la violencia y el caos se extendieron por todo Japón, llevando al país cada vez más cerca del inevitable cambio de era. El hombre situado en el punto de mira de los imperialistas es Ii Naosuke, que fue daimyo de Hikome y Tairo del shogunato Tokugawa. Tras su muerte aquel 24 de Marzo, el destino del gobierno que él mismo había ayudado a conservar durante esos años turbulentos quedó visto para sentencia.
Con la breve reseña histórica que acabo de hacer, supongo que queda claro que no sólo se trata de una gran historia contada a la perfección por el maestro Okamoto, sino que además relata acontecimientos que marcaron de forma decisiva el destino de Japón. Toshiro Mifune es el encargado de encarnar a Niiro Tsuruchiyo, el personaje central del film. Recuerdo esta actuación como una de las mejores de su filmografía, repleta de cambios de humor y sabiendo mostrar con claridad la resolución y la ambición del ronin al que da vida.
En la historia real se cuenta que el ataque lo realizaron 17 ronin de Mito y sólo 1 de Satsuma: Arimura Jisaemon, que de hecho fue el que las crónicas recogen como asesino de Ii. En la película, antes del asalto, Kenmotsu dice: "de Choshu y de Satsuma no ha venido nadie, salvo Arimura Jisaemon", en un fiel acercamiento a la historia real. Además, si sumamos los ronin que forman parte de cada sección, hay 17 sin contar a Kenmotsu y a Niiro. Esto nos deja como única diferencia entre realidad y ficción la participación del protagonista Niiro Tsuruchiyo, lo que supone una versión cinematográfica alternativa de los hechos.
Lo que verdaderamente llama la atención de
Samurai Assassin es que los personajes se definen mediante la narración de sucesos pasados. Okamoto utiliza para ello flashbacks, aunque nunca de manera abusiva, ya que no tiene contemplaciones a la hora de fijar el plano en la cara de un actor y dejar que sus palabras se basten por sí mismas. El final es previsible desde casi el principio, pero es precisamente ese avance inevitable lleno de ironías y fatalidades el que lo convierte en una obra de arte.
Samurai Assassin es fruto de la excelente dirección de Okamoto y del trabajo de un gran número de actores, cada uno de ellos importante a su manera. Aquí quiero mencionar, porque se lo merecen y por dar algunos nombres, a Eijiro Tono (Kisoya), Michiyo Aratama (Okiku), y por supuesto a Yunosuke Ito (Kenmotsu), cuya sóla presencia es capaz de trasladarnos en el tiempo a la época de los samuráis.
Nada más que añadir. Escenas bajo la nieve y un final atroz que nunca seremos capaces de olvidar. Indiscutible obra maestra del chambara y el jidai-geki, y desde hace mucho tiempo dentro de mi top 5 del género. Le agradezco muchísimo a
Silien el que le haya hecho este ripeo de lujo, porque mejora aún más la experiencia. Quien no la vea porque no le gustan las películas de samuráis se está perdiendo una joya del cine japonés en general.