Vaya, ahora cuando iba a comentar esta película veo que el último comentario es mio... ¡y que hace año y medio que lo hice! La verdad es que es un gran drama haber tenido tanto tiempo esta película en mi disco duro (que se publicó en Allzine el día de mi cumpleaños, así que supongo que significaba algo... ¡gracias Silien!) y no haberla visto hasta ayer.
Pues haber qué digo yo ahora... es una película muy especial y que también depende de la relación que uno tenga con el cine, de la intensidad con lo que uno lo viva y de la importancia que haya tenido en su vida. En el caso de Tony Au (y en el mio) tengo claro que ha sido mucha, así que el acto de filmar en sí mismo ya es algo importante. ¿Filmar qué? Pues tampoco hay mucho. Va de inmigrantes chinos en París, lo que es una larga tradición en el cine asiático. Yoshida y Wakamatsu rodaron películas así. Hong Sang-soo hizo Night and Day. Y Tsai Ming-liang hizo recientemente la fantástica e infravalorada Visage, aunque antes ya había hecho What Time is it there?, cuyo final también transcurría en París, con Jean-Pierre Leaud y una noria. Al revés que Suwa o Hou, que también hicieron películas en París, pero con protagonistas europeos (aún así, películas buenísimas, no nos engañemos), estas películas están protagonizadas por personajes asiáticos que viven en París.
Podríamos llamarlas "películas jet-lag", porque hay como una especie de desconexión. En The Last Affair, la protagonista, Carol Cheng, vive a medio camino entre el pasado (esa fotografía que le recuerda sus buenos años de juventud) y el futuro (la esperanza de vivir al lado de su amante, interpretado por Chow Yun-fat). París es un impasse, y así lo filma Tony Au. Un París fantasmagórico, casi de película fantástica. Es una película sin ritmo, incluso sin narración. Los hechos se atropellan y a veces falta información. Pero qué más da. Seguramente, si fuera un proyecto de fin de carrera, suspendería en casi todas las escuelas de cine del mundo. Es una obra sentimental, un poema. Se disfrutan sus pequeños momentos. Las conversaciones intrascendentes, como la primera vez que Cheng y Chow toman café en el apartamento de este, o cuando van al apartamento de ella y están hablando del pasado hasta que Tony Au realiza un corte violento del montaje y los vemos follando apasionadamente.
Creo que Tony Au era consciente de la película que estaba haciendo, y de la poca aceptación que tendría en una cinematografía como la de Hong Kong, que es muy dada a la experimentación y la innovación, pero siempre dentro de unas pautas básicas. Tony Au seguramente se las saltó todas. Y por eso creo que incluyó el personaje secundario del pintor que acude a París esperando vivir de su obra, pero termina pintando muebles, hasta que finalmente debe regresar a Hong Kong para volver a entrar en el sistema. Es por supuesto una película fatalista, un sueño (un impasse) que ya se sabe que se va a terminar.
En fin, que ya el principio enamora, con esas instantaneas de París... el niño vendedor de globos que se acerca a la protagonista, diciéndole si quiere un globo y ella los coge todos y los suelta... todos los paseos por la ciudad, los encuentros amorosos en el piso de Chow, la historia paralela del pintor. Es una película apoteósica, una de las mejores cintas hongkonesas que he visto nunca.
P.D. La voy a estar recompartiendo un par de semanas, por si alguien quiere subirse a la mula. Si hay demanda, la pongo en lanzamiento, incluso.