Bueno.
Vista al fin. Qué decir, no me parece que le sobre metraje. A mí, se me pasó volando la película.
Creo que aquí, Hong Sang-soo varia un poco en su repetición de momentos, lo que se repite es una cotidianeidad y así da lugar a una situación que no varía con el paso del tiempo.
Y claro, este pintor cuasi prófugo está en un limbo, huyendo, sin conseguir asentarse al pais en el que ahora reside.
Los sentimientos se codifican diferente, tiene momentos que son muy graciosos, sí, hay algo de comedia ligera, como cuando le insiste a la chica en el bar con tomar un trago, sabiendo que por ser más grande él, la estaba casi obligando a decirle que sí. Me hizo reír la insistencia (y un poco también la cabeza dura del protagonista)
Y un detalle, la ausencia de la mirada turística en esta película, sí, van a un museo, pero es mínimo.
Por poner un ejemplo, Medianoche en París es una postal turística de París (Carla Bruni, incluída)
Bueno, acá no pasa eso. Y la comparación viene a cuento de la para mí (y al menos hasta que alguien sepa explicarla) peresoza comparación entre Hong Sang-soo y Woody Allen.
En fin, un paso más, en el cine de este hombre.