El año pasado tuve la oportunidad y la suerte, de ver Madame Butterfly, un corto de Tsai MIng-liang del año 2009, filmado en algún lugar del sudeste asiático. Aquel corto me dejó una sensación parecida a esta película, TML entró en un nuevo ciclo creativo, está buscando nuevos horizontes, con rumbo incierto.
Hay desapego por la linealidad, por la realidad, incluso algo distinto en la manera de filmar, muy leve quizás, pero algo hay.
Y esta historia es fascinante, desde lo visual, desde su propuesta, hay una historia troncal, o bien dos, esa deriva que tiene, lleva a que sea el espectador el que tenga que completar o darle el sentido final. O bien, asistimos a la producción de una película o bien nos vamos a un lugar incierto donde las ánimas confluyen y bueno ¿cuál es la dimensión del tiempo en ese caso? ¿adónde se va la razón? y me parece una feliz coincidencia por lo menos, que se haya decidido desarrollar este argumento en el territorio de la racionalidad (Francia, Europa)
Yo no hago más que recomendar esta película, imaginando que no será del gusto de todos, por los motivos de siempre y tal vez otros nuevos.