Vuelve las sesiones dobles (de Hong Kong noir, de Nuestros años salvajes) y lo hacen algo renovadas, aunque en el fondo es lo mismo, sesiones con las que esperamos volver a articular nuestra visión del cine de acción hongkonés en sus multiples formas...
Y vuelve Bang bang Shaw. Ya sabéis: en la Shaw también sabían disparar. El regreso no es pequeño: Dead end. Dead end es una película del sesenta y nueve (hasta ahí nos hemos ido) del gran Chang Cheh, que por primera vez en la pantalla reunía a Ti Lung y a David Chiang. Los reunía por primera vez porque simplemente esta es la primera película de Ti Lung, que de paso hacía de protagonista, un rebelde con o sin causa (como hemos llamado a la sesión doble), que es oficinista de día (o intenta serlo) y un conquistador de noche, todo mezclado con una cierta impulsividad y ganas de vivir rápido. Con su amigo David Chiang se encuentra por casualidad con la hija de un poderoso hombre de negocios, y de paso, con su hijo, que no acaba de ver muy bien esta relación. Y como se trata de la Shaw, estas cosas se arreglan a patadas, y de las patadas las armas blancas hay un paso, y de las armas blancas a las armas de fuego, otro. Todo coreografiado por Tong Gai y Lau Kar-leung, casi nada.
Si tenéis ganas de entreteneros reconociendo gente por ahí perdida, entre la banda del hijo podéis buscar a Yuen Woo-ping, a su hermano Yuen Cheung-Yan, a Wong Chung (el inseparable compañero de Daniel Lee en tantas películas), Wong Ching (ver Cop busters) o Lau Kar-wing (con estos delantes, es difícil triunfar, por muy rebelde que se sea), además de que podéis ejercitar vuestra memoria histórica buscando a Wu Ma, jovencísimo.
Y por si fuera poco, tenemos en su segundo trabajo como guionista a Yau-Daai On-Ping, que dicho así igual no le suena a nadie, pero que si decimos que fue el guionista de todo el cine de Stanley Kwan hasta Center Stage, igual nos suena más.
El resultado es una película que mezcla la acción con el drama, el romance con la camaradería, que nos muestra a todo el mundo jovencísimo, que por primera vez en la Shaw daba el protagonismo a los hombres en vez de a las mujeres (aunque esté una de sus actrices más importantes, pero ya sabemos que donde están Ti Lung y David Chiang difícilmente caben tres), que tiene de todo, acción, sexo, humor, no humor, y que sin ser de lo mejor de todos ellos (tampoco es eso) nos permitirá pasar un buen rato. No es poco. Disfrutarla.