Vista. Me ha encantado. Creo que Sono le ha pegado un rotundo giro a su carrera como director. Mantiene esa línea de cine comprometido en temáticas sociales, pero sin las extravagancias o frikadas que se advierten en muchos de sus trabajos. Es un cine más reposado, menos estridente. Más maduro, en definitiva.
Eso sí, poco parentesco veo entre esta película y el cine de Ozu. Aunque sí la pongo más en relación con el nuevo cine japonés que aborda las relaciones familiares, sobre todo cuando estas se alteran o transforman al aparecer una enfermedad o la muerte. Pienso en largometrajes como Memories of Tomorrow (Yukihiko Tsutsumi), Okuribito (Yojiro Takita) o Toads Oil (Koji Yakusho) y sí que me parecen más próximos a esta peli de Sion Sono.
Saludos