Por fin la he visto. Me ha dejado impresionado esta especie de Puerto Hurraco a la japonesa. La última media hora no puede ser más intensa, a la par que sangrienta, a modo de estallido final de esa bomba de relojería que era el protagonista. Una peli que retrata muy bien el asfixiante ambiente de esa pequeña comunidad rural, pero a la vez lo bien que se lo pasaban...
Un ejemplo más del maravilloso cine que se hizo en los 80, a veces tan denostado y tan olvidado.
Para compensar el "huir", le pongo un "obra maestra".
Saludos