Añadida la traducción. En fin, me costó más la revisión que la traducción.
En fin, la película esta basada en un hecho real, en el que un hombre mató a su mujer y sus dos hijas, y por accidente se mata él también.
El tema de la película es la violencia familiar, creo que está logrado todo el contexto, pensando en el promedio de los casos, la falta de ayuda o de respuesta exterior, el abandono de las víctimas, si hay que buscarle un mensaje, es que finalmente, todos son responsables por todos y todo.
A la reconstrucción policial a partir del relato de testigos, se le suma la reconstrucción de la vida de los implicados, y bueno, se da algo interesante en este sentido, una cierta sensación de irrealidad, es decir juega con el tiempo. Presente y pasado y futuro todo al mismo tiempo. Un acierto narrativo para mi gusto.
También decir, recordar quizás, que esta es la segunda parte del díptico iniciado con The way we are, aunque no es necesario verlas en orden, ni nada de eso, creo que es una buena oportunidad para recomendar The way we are.
¿Cuál es el hilo conductor de ambas películas? Tin Shui Wai, una zona períferica de Hong Kong, a la que los medios de comunicación allí le pusieron Ciudad de la tristeza, con poner Tin Shi Wai en el buscador, lo encuentran.
Es un dato tan llamativo como amargo, notar que quienes hacen las noticias están más pendientes de causar impacto (cuanto más negativo mejor) que de informar. A veces criminalizando la pobreza, otras veces también.
En fin. Simplemente recomiendo verla, por Ann Hui, por Simon Yam (brutal en su interpretación) por Jingchu Zang (quien hace una excelente interpretación)
Nada más.