Bueno, está bien, aunque no me ha parecido lo mejor de este director. Park Chan-wook apuesta por sus elementos de siempre, como lo sorprendente de unas situaciones que por eso mismo te enganchan; la viscosidad de los elementos, sobre todo si son de naturaleza orgánica; y la frecuente recurrencia a la venganza como tema que ofrece un excelente juego de cara a las tribulaciones morales que se establecen a nivel interno en los personajes. En esta ocasión, la venganza viene de la mano de la protagonista, que pasa de víctima a verdugo; y las tribulaciones morales llegan por parte del ex-sacerdote, que asiste a esa evolución de su compañera y se sabe responsable de la misma.
Aun con tan buenas materias primas (buenos actores) y tan excelentes maneras (buenas interpretaciones), me ha pasado lo que a muchos de vosotros: que no ha acabado de engancharme, quizás por esa tendencia al humor negro tan del gusto de Park Chan-wook pero que en esta ocasión te confunde, pues no sabes si realmente estás viendo una peli de terror o una parodia (por no decir caricatura) de este género cinematográfico. Y el final, además de algo previsible, me ha parecido carente de fuerza.
Algunos habéis citado Déjame entrar, otra película actual de vampiros. La verdad es que aquella me dejó bastante mejor sabor de boca que esta.
A Thirst le pongo un "ver".
¡Muchas gracias, Robherb!
Saludos