Bien, pues aquí va mi prometido comentario.
He disfrutado enormemente navegando por una trama argumental tan bien estructurada y tan bien explicada, con unos diálogos (y monólogos) que sin embargo van insertos en un contundente planteamiento audiovisual que hace que esta película no caiga en el vicio del cine narrativo, ese que parece literatura ilustrada con imágenes.
He visto en esta peli muchas de las cosas que me encantaron cuando vi
Memories of Matsuko o
Kamikaze Girls, de Tetsuya Nakashima. Es ese tipo de cine donde convergen la denuncia social, pero sin caer en la imposición de ideas o el adoctrinamiento, a la vez que esa temática social se deja vistir por un buen sentido del ritmo fílmico y de la composición escénica.
En cuanto a los temas tratados, me ha encantado lo certero en su manera de hilvanarlos. Es una historia de amor o de amistad (o de amor y de amistad), como ya se ha dicho aquí, pero combinada con una trama de thriller que gira en torno a las eficaces técnicas de captación de adeptos que algunas sectas tienen, así como las actitudes fanáticas que giran en torno a esas comunidades de fieles.
Y sobre lo del carácter homosexual o no de los protagonistas,
la verdad es que sí tuve la sensación de que Yoko lo sea (de hecho, lo declara), pero no vi lo mismo en Yu, porque constantemente se le empina al mozo cada vez que ve a Yoko... Lo que el chaval debe tener es un acusado complejo de Edipo, quizás causado por la muerte prematura de la madre, agravado por el hecho de la educación tan religiosa que le está proporcionando su padre, lo que sin duda le va a hacer desear a la Virgen María, personaje bíblico que será concebido por Yu como canon de belleza y de actitud femeninas.En definitiva, que apenas he sentido la inversión de casi cuatro horas que se ha de hacer para ver esta peli: yo ni noté que ese tiempo transcurrió, de lo entretenida que resulta.
Siguiendo el discurso del guión, debo decir que es pecado perdérsela.
Un saludo