Yo la acabo de ver. Llevaba meses en el disco duro pero, no sé por qué motivo, la he ido dejando hasta hoy. Bueno, otra fascinante y compleja historia de las que suele rodar Nakamura, de esas que hay que esperar a los últimos cinco o diez minutos de la proyección para que todo cobre sentido. En esta ocasión he visto un Nakamura con menos tintes de comedia, como los que se perciben en sus más recientes Fish Story y Golden Slumber; se aprecia en esta peli de los patos un tono más sobrio (aunque también hay espacios para la risa) y una mayor sensibilidad hacia graves problemas sociales como el maltrato a animales o la xenofobia (la razón por la que "el pato extranjero" miente al "pato nacional" y oculta inicialmente su origen butanés es para que le escuche, porque si le hubiera dicho desde el principio que era extranjero, probablemente no le habría escuchado). Quizás sea por eso que en esta película he conseguido ver algo más que mero virtuosismo en el guión y en el rodaje.
Saludos