Creo que esta película ha pasado injustamente desapercibida (también para mi). Como atractivos tiene un buen puñado...
Por primera vez en pantalla, Stephen Chow se encuentra con Ng Man-Tat. Ng Man-Tat por aquel entonces andaba metido en todo tipo de películas de acción y Stephen Chow se intentaba hacer un hueco en un tipo de cine en el que realmente no acababa de encajar. De hecho, esta será su última película antes de pasarse definitivamente a la comedia, en un papel algo secundario, mejor, marginal. La historia es sobradamente conocida. Son los años de A better tomorrow y los viejos mafiosos vuelven y se encuentran con que su sitio está ocupado por otra gente y otra manera de entender el negocio, una manera más sucia, simbolizada en las drogas. En este caso, tras veinte años en la carcel, O Chun-Hung, viejo conocido, vuelve a la libertad. Se encuentra con su hijo, Stephen Chow, que trabaja de camarero, y conoce que su hija reniega de él, tras la muerte, hace algunos años, de la madre. La hija, además, anda liada con un traficante chino-americano, en una relación un poco turbulenta. O Chun-Hung, volverá a encontrar a sus viejos hombres, gente de sangre caliente o bien de sangre ya demasiado enfriada, que tras veinte años entienden (algunos) que los machetes han dejado su lugar a las pistolas, y así no se puede ir muy lejos. Pero las cosas se complican y se complican y se vuelven a complicar, hasta que uno tiene (inevitablemente) que hacer lo que tiene que hacer.
Si tenemos en cuenta que los antiguos hombres de O Chun-Hung son Wu Ma, Ng Man-Tat, Shing Fui-On (genial de nuevo en su papel de loco de sangre caliente) y Shum Wai (uno de esos actores que uno ha querido matar mil veces con sus propias manos, pero que aquí, dirigiendo también, se ha buscando un lugar entre los héroes), nos daremos cuenta que la empresa tiene cierto calibre y tintes míticos. Pero... eso no es todo... y nos damos cuenta cuando vemos que el amigo y cuñado de Stephen Chow es Billy Chow, que hace de taxista y apenas sale, y le miramos de reojo como pensando "aquí hay gato encerrado"... y efectivamente, lo hay. Sólo hay que esperar al final para que empiece a soltarse y nos ofrezca diez minutos de acción contundente, de esas en las que uno se pregunta como es posible que no se partiera la cabeza o alguna que otra parte del cuerpo algún especialista, porque es un escándalo.
En el guión, el propio Shum Wai y Tony Leung Hung-Wah (si, el de Demoniac flash), y en la acción, un coreógrafo en la órbita de Sammo Hung: Siu Tak-Foo.
Motivos más que suficientes para no perderse un buen ejemplo del cine de acción y tensión de aquellos maravillosos años...
Por cierto, tenéis ambién la ficha en Asiateca:
http://www.asiateca.net/cinedb/fichas/pelicula.php?p=855donde podréis disfrutar de una interesante colección de carteles ficción a cada cual más imaginativo (los dos últimos son tremendos y no tienen nada que ver en absoluto con cualquier momento o argumento de la película). Un lujo.