Qué película más extraña, realmente... Producción de la Win's (para aquellos que os hayáis leído el artículo de Ninjanight sobre triadas y cine, aquella productora inicial de los hermanos Heung), el argumento es lo de siempre pero dando un rodeo kilométrico. Danny Lee no hace de policía (novedad) ni de casi nada, porque sale bastante poco (aunque no se aburre), y todo el peso recae Dave Wong y sobre uno de sus protagonistas y director, Blacky Ko (aquí asesino taiwanés, con el que hace amistad el protagonista). El caso que es que estamos ante una historia de traiciones, que obliga a una pareja a marcharse a... Francia. Pero allí también hay chinos, y las noticias vuelan, luego él se ve obligado a enrolarse en... la legión francesa... Pero claro, la legión francesa no se caracteriza por estar precisamente en Francia, luego acaba en... el desierto. Allí empezarán sus días de formación y serán duros, porque él precisamente no es ningún tipo cachas y ni tan siquiera sabe artes marciales. Pero bueno, unas cuantas serpientes después, alguna truculenta disputa con un enorme negro... gay... y su conocimiento de que la vida pasa por chafar a los demás sin mayor escrúpulo le serán especialmente útiles a la hora de vengarse de una forma contundente, que es lo mínimo que se le pide no ya a un legionario, sino a un hongkonés corriente.
Rodada de una manera un tanto alegre, con una música que no le pega demasiado pero que es lo que debieron encontrar por los cajones, la película contiene un nivel aceptable de brutalidad y contundencia, que es lo que esperábamos de ella...