Pues la verdad es que el año 2008 se re-confirma como un gran año para el cine japonés; aún quedan algunas por llegar, pero de momento ya hay varias entre mis favoritas.
Tokyo Sonata, inscrita en la línea de dramas familiares tan habituales en el cine japonés (hay ecos, entre otras, a Hanging Garden de Toshiaki Toyoda, no sólo por la elección de la magnífica Kyôko Koizumi como actriz protagonista), supone, más que un cambio de registro como algunos han dicho, una condensación de las técnicas y estilos habituales de Kurosawa.
Junto a Still Walking de Koreeda y All around us de Hashiguchi, lo mejor que he visto de momento del año pasado en Asia, pero no sabría escoger entre ellas todavía.