Gran película, muy emotiva y a la vez reflexiva y filosófica, muy en la línea de este director. Causa pavor pensar en los problemas y las dificultades que pueden llegar a tener en su vida las personas cuya inteligencia está por encima de la media.
De Motohiro sólo he visto ésta y Udon, pero con sólo esas dos ya está en mi lista de directores japoneses actuales favoritos.
Un saludo