¡Dios! Otra vez, otra vez lo han vuelto a hacer, y ya van dos joyas de cinco (y confio mucho en la última entrega de Lawrence Lau). Tremenda Comrades in arms. Creo que estamos ante una serie de películas que entrará en la mitología del cine hongkonés y ojalá sean capaces no de cambiarle su sentido sino de devolvérselo. El cine hongkonés vuelve a ser lo que siempre fue, por encima de todo: emoción.
Comrades in arms se podía haber llamado Un día en el campo. Ya desde el primer plano, desde que entra la música (absolutamente magistral la banda sonora de esta entrega), vemos que va a ser seguramente otra cosa. Pero veamos quién está detrás de esta entrega... Para empezar tenemos un director que repite (dirigía la primera, The code), un hombre Milkyway, que ha hecho prácticamente toda su carrera en ella, ya sea como director, actor, montador,... Law Wing-Cheong, un hombre de absoluta confianza de Johnnie To (y mira que estamos tentados a pensar que en esta entrega la sombra de To es alargada...). En el guión, Yau Nai-Hoi y Au Kin-Yee, los guionistas fundamentales del cine de acción de la Milkyway, en la que es su única intervención en esta serie de secuelas de su propio guión (ellos firmaban PTU, por supuesto) y bueno, qué guión se marcan, memorable... La acción (y en esta entrega si que hay momentos gloriosos), para Wong Chi-Wai (Election, Exiled,...) y Jack Wong (Love battlefield, Dog bite dog,...).
El resultado de toda es conjunción, más unos actores tremendos, como siempre, es esta nueva entrega, que es eso, hora y media de tensión, puramente deliciosa, con un montaje y un guión perfectos, pura coreografía de los instantes, movimiento contínuo cargado de emociones, en el que igual nos cuenta una historia de tensiones, pero que al final da igual, es un ejercicio manierista a la manera de Johnnie To, en el que la historia es sólo una escusa para nuestro más absoluto deleite. Cine grande, cine grande hongkonés. Imprescindible.