jeje
Bueno, ahora con un café delante me da un poco más de tiempo para hablar de Achilles... En realidad voy un poco en la línea que habéis marcado. Realmente hay dos partes bastante diferenciadas y la diferencia la marca el propio Takeshi con su presencia. Veo algunas curiosidades, algunos misterios. Achilles evidentemente trata de eso, de la creación y la búsqueda de un lugar en el mundo. Machisu realmente parece el antagonismo total de Kitano, luego debemos pensar que se está burlando de él. Pero, ¿se estará realmente burlando? Para empezar, Machisu pinta cuadros de Kitano (Machisu y todo dios
). Su maestro pinta cuadros de Kitano, el de niño los pinta (y podemos pensar que ese tipo de cuadro expresa la inocencia de la infancia, pero es que Kitano ya nos había mostrado una pintura parecida en Hana-bi), de estudiante los pinta y los pinta hasta el final. Sólo hay un momento que escapa a eso, la lata de coca-cola, pero obviamente, se está volviendo a cachondear del arte contempóraneo... no olvidemos el artista aquel que vendió sus heces metidas en un tarro, sin más, a precios desorbitados (cualquier precio para eso sería desorbitado jeje) y encima se las compraron...
Para mi el misterio está realmente en la forma que elige para contarlo... Y ya no me refiero ese toque histórico (por otra parte, quitando Zatoichi, Kitano no tiene películas "que discurren en otra época"), sino al uso que hace precisamente del humor. Como ya comenté antes, ese tipo de humor está siempre presente... El ejemplo más cercano es quizás El verano de Kikujiro. Podemos pensar que pone en escena juegos infantiles, pero esas escenas duran tanto tiempo en la película que evidentemente hay una cierta complaciencia que va más allá del argumento. A Kitano le gusta ese tipo de humor y lo usa según su inspiración. Lo curioso es que en Achilles... ese humor está permanentemente confrontado a lo trágico. Es lo que señalaba: nos jode reirnos. El gag de la pintura "al azar" sobre la pared es sintomático. Te estás descojonando de puro bruto y te cambia el plano y los ves ahí y ya te ha jodido. Y ese recurso lo usa insistentemente.
Machisu vive una existencia "de broma" terriblemente trágica.
Su insistencia con el arte es realmente conmovedora, pero nunca acaba de encontrar su espacio, y no lo encuentra, nos cuenta Kitano, pienso, porque el arte es riesgo (lo dice al principio), y sin riesgo no hay creación que pueda trascender... Luego su discurso se inscribe claramente en su último cine. Kitano sigue empeñado en jugársela. Y lo mejor es que se la está jugando partiendo desde la posición más cómoda que seguramente había disfrutado ningún cineasta japonés en años.
Su cine me gustará menos que antes, cierto, pero he de reconocerle como un cineasta cuya actitud admiro profundamente. Y el tiempo lo pondrá todo en su sitio, y seguramente muchos cineastas que ahora son algo dentro de diez años no serán recordados por nada en particular, pero creo que Kitano seguirá ahí, por que sí, el arte es riesgo, no puede ser otra cosa...