Segunda película que veo de Kobayashi después de la extraodinaria Rebirth y aunque me ha llegado menos que aquella (me suelen afectar mas los conflictos interpersonales que los sociales) si su intención era indignar, lo consigue con creces pero con un pero, y es que como muchos comentan sobrecarga las tintas de mas en algunas situaciones, lo cual implica que finalmente uno se lo tome menos en serio al considerar inverosimil o como mínimo "anormal" situaciones como el despido por las buenas del padre o el exagerado acoso telefónico. También me dejó un poco frio el final, ya que aunque no me esperaba para nada ningún "mensaje" (ni falta que hacía) si parece jugar con una reflexión que tampoco es que tenga mucho calado. Pero esto último es mas que nada una impresión mia extracinematográfica, ya que el director destaca por un sentido documentalista que en ningún momento busca el argumentar una opinión propia, sino limitarse a mostrar unas situaciones determinadas y que sea el espectador el que saque conclusiones si así le place.
Pues en definitiva que no me impactó tanto como Rebirth pero que en ningún caso deja indiferente.