Última película dirigida por Michael Hui, que a partir de ese momento poca cosa más haría hasta nuestros días, en los que se ha prodigado mínimamente más, The magic touch sigue sin ser el cine de sus primeras realizaciones, pero no deja de ser una obra realmente divertida y con momento estelares (como volviendo sobre sus pasos, tenemos un combate callejero que no tiene desperdicio). Aquí lo tenemos haciendo de adivino (con la ayuda de un fax y Ricky Hui), que de repente se ve enfrentado a una inspección de hacienda, con la complicación adicional de que recibe un golpe en la cabeza y empieza a tener extrañas visiones. Pues eso. Pura diversión.