En el cine es bueno saber que hay "vacas sagradas", pero no hay que reverenciarlas tanto,
eso es lo que impide que se puedan visualizar nuevos talentos y formas quizá aún inmaduras
de ver el cine, pero que a la larga hacen que este arte cresca. Este director, para mi es uno
de esos ejemplos. Todos los defectos de inconsistencia del guión, mejor dominio en el montaje
al servicio del guión, falta de claridad en la construcción del perfil como conjunto de personajes,
entre otras cosas no empañan la valentía y talento-fuera de otras virtudes que posee como director-
para atreverse con una película que llamaría a invocar "Oldboy", "Memories of murder",
"Infernal Affairs", etc. en buena parte de un sector de crítica algo facilista; y aunque
son grandes películas y referentes, el cine debe seguir, y las películas como tales, son finalmente sólo
un "cine muerto". El cine vivo es el que se basa en proyectos, no en consagrados; no hay que olvidarlos,
pero sólo para recordar lo que ya se aprendió. Desde ahí la responsabilidad debe enfocarse en crear ya que
en eso consisten las artes en general.
Imprescindible.
Apuesto al futuro, ya que sin suerte Park Chan-wook, Kim Ki-duk, entre otros no existirían,
porque en su momento nadie apostó por ellos y ahora son lo que son porque tenían talento y
pudieron continuar en esto, oportunidad que creo que se ha ganado Na Hong-jin.
Otros argumentos del porqué me ha gustado sería algo más extenso explicarlo, lo dejo para más
adelante si retomo el tema.
Saludos.