Hacía bastantes meses que yo tampoco veía una película asiática. De hecho, entre acumulación de trabajo y accidentes informáticos, hacía también varias jornadas que no me acercaba por aquí a ver qué se cocía... y fue cuando lei varias de vuestras entusiastas opiniones -que refrendaban lo leído, muy someramente, eso si, en otros lares y de casualidad- y me animaron a "reengancharme". ¡Y con una película coreana! Sí, pero es que, a priori, y desconociendo el argumento casi por completo(¿?), las perspectivas eran adecuadas...
Atención porque suelto SPOILERS a granel. NO LEER si no se ha visto la película.
La película empieza bien. Diría que muy bien, de hecho. Nos presentan una ciudad, un contexto y un personaje en pocas imágenes. Concisión y precisión. Muy bien. Me dispongo a disfrutar de una perspectiva de Seul que no había tenido ocasión de ver antes; No, al menos, con ese aprovechamiento de la luz -tonos pastel se mezclan con colores más sombríos y austeros para lograr un empaque lumínico muy bien resuelto- y del esplendor nocturno del lugar. Afortunadamente, no todo se queda en los recursos estéticos y la película arranca con interés, desarrollando la historia con eficacia, saltando de unas escenas a otras con soltura, introduciendo nuevos personajes con gracia... Bien es cierto que la sensación de déjà vu no nos abandona durante todo el metraje, sin embargo, durante la primera hora y cuarto las referencias son buenas: al principio pensé en la fantástica "PTU" de Johnnie To, aunque este fuese un ex-policía y se moviese solo la mayor parte del tiempo, pero la acotación temporal para una búsqueda y el espacio nocturno me recordaban a aquella. Sin embargo, parecía que la espléndida "Memories of murder" era la clara referencia, por la historia de un asesino, los apuntes políticos y, especialmente, el ácido retrato policial.
Para mi regocijo, y al igual que en el referente de Bong Joon-Ho, el asesino parecía menos importante que los personajes que lo rodeaban -ojo, que lo que en una es un fresco retrato social, en la otra se queda en meros apuntes dentro de un thriller al uso-, y la historía fluye con naturalidad resultando, en definitiva, muy entretenida.
Pero, ¡ay!, a partir de, más o menos, esa hora y cuarto indicada, la película pierde el norte, los papeles y todo lo que estaba haciendo de ella un entretenimiento de lo más digno, para abrazar sin rubor los más trillados y lamentables axiomas de la películas de asesinos en serie. A partir de ahí, tensando además el hilo dramático hasta lograr que la segunda hora pareciese una película completamente diferente a la presentada inicialmente, se bascula entre escenas que provocan más vergüenza ajena que otra cosa (durante el último y trasecendente asesinato, los montadores tuvieron que partirse de risa con ello, no se les ocurre otra cosa que intercalar las cruentas escenas de tortuta con flashbacks de la niña riendo con reverberación) y el hastío (la pelea final entre héroe y villano que, como siempre, pasé a cámara rápida por puro aburrimiento). Lamentable.
Ya no entro en sucesos inexplicables como el hecho de sacarse de encima a la chiquilla al estilo Santa Barbara, donde la mujer alcohólica de CC Capwell entraba y salía del coma como yo del cuarto de baño en función de "necesidades dramáticas", sino en el cambio radical e innececesario del tono -no hacía falta recurrir al pasajero personaje infantil para "apreciar" la transformación emocional del protagonista... en menos de 24 horas- que terminó de estropear el conjunto.
Reconozco que ya al principio hubo un par de escenas (que contrastan con otras muy bien resueltas, como la de la prostituta en el hotel donde pretendían grabarla y la posterior aparición del protagonista para desfazer el entuerto) que me dieron muy mala espina: la primera fue la escena del intento de asesinato de la madre enferma, demasiado vulgar; demasiado explícita; demasiado "slasher" para una película que no iba de eso -en un principio-. En esos momentos espero una elegante elipsis y pa'lante. y la otra, definitiva, fue cuando el prota habla con otra prostituta que había tenido un inquietante contacto con el asesino y la niña los escucha desde el coche previendo lo que le había ocurrido a su madre... el primer plano es bueno, a través del cristal húmedo detectamos que la niña ha oído demasiado, bien. Pero depués ¡no se le ocurre otra cosa que destatar el llanto por si no nos había quedado claro! Estropeando, claro está, lo que había sido un delicado ejemplo de contención dramática.
En fin, decepción total tras un arranque muy entretenido, dinámico y con trazos de interés. Una lástima que en un tramo final excesivamente largo (a ver cuando aprenden que no es extricatamente necesario hacer películas de dos horas porque casi siempre sobra metraje) y lastimosamente tópico se tirase por la borda todo el buen trabajo exhibido en la primera parte.