La idea de teatro filmado me da vueltas por la cabeza en estos días, me parece que filmar supone editar y eso es algo que va contra lo que es el teatro, digamos que es una experiencia simultánea, (ni siquiera de tiempo real). El estatismo del escenario pienso es fácil de rescatar, digamos dejar la cámara fija a cierta altura, aunque esto sería a un nivel superficial. Lo que me pregunto es si filmar una obra de teatro es una contradicción o no.
Respecto a esto tan interesante que comenta
anikiba, recuerdo algo que Frank Zappa respondía a quienes le cuestionaban que retocara en estudio sus discos en vivo: que la música sólo es "en vivo" en el aquí y ahora del concierto. Luego de eso es música grabada, y como tal susceptible de ser procesada de cualquier manera. El resultado de ese proceso obviamente no es documental, pero nadie puede discutir que también es música.
Creo que un razonamiento similar podría utilizarse para el teatro filmado: una vez fotografiado, ya no es teatro, es otra cosa para la que tal vez no tengamos nombre (porque cine, definitivamente no es), pero que ciertamente no busca ser un sucedáneo de la obra en sí, sino algo con cierta entidad ligada a la obra, pero al mismo tiempo independiente de ella.
Yo no veo contradicción alguna en filmar una obra, y en ese sentido creo que la edición es no sólo necesaria sino imprescindible para poder ir más allá del registro documental, que es lo único que lograríamos con una cámara fija a nivel del "ojo" de la audiencia.