Y Norah Jones... no tengo nada contra ella, pero acá sobra, es evidente que busca autopromocionarse.
Pues... no es así. Norah Jones no tenía ninguna intención de hacer cine. "My blueberry night" no es el proyecto que le buscan a una estrella mediática con el aval de un director de prestigio; muy al contrario, fue el propio WKW quien contactó con la cantante para convencerla de que trabajase con él. Según he leído, el director hongkonés, ya aficionado a la música de Jones, quedó vivamente impresionado cuando la conoció personalmente, y se dijo que sería ella y no otra la protagonista de su próxima película.
Es más, la cosa debió ser bastante curiosa puesto que Jones respondió instintivamente que no a la petición, que no se veía interpretando. WKW insistió... hasta que, al final, ella dijo que sí, pero que no disponía de mucho tiempo para el rodaje. En ese momento, Kar-Wai se dio cuenta de que no iba a quedar más remedio que rodar en EE.UU.... y eso era algo en lo que no había pensado. Por lo visto, sólo tenía decidida a la protagonista, el resto... en este punto imaginé que el propio director no se había planteado rodar fuera de Hong-Kong, por lo menos no de manera consciente.
¿El resultado? Una película maravillosa que no desmerece en absoluto comparándola con el resto de su filmografía. Afortunadamente, y pese al miedo que me daba la cantidad de estrellas incluidas en el reparto, he sido incapaz de percibir alguna transigencia o concesión en el universo de Wong Kar-Wai. Los personajes son los que deberían haber sido -y los actores, todos, están mucho más que correctos. Mención especial para la debutante, que transmite a la perfección la fragilidad emocional que su personaje requiere- y los lugares... bueno, ese es otro acierto: el director chino nos ofrece su visión de un país que no es el suyo (hasta el punto que, como dice Qim Casas en su crítica, su Nueva York casi parece Hong-Kong) en forma de sentido homenaje, plasmando la visión de un paisaje adquirida tras el disfrute de sabe dios cuántas películas. Luces y colores espléndidos; la luz americana sigue siendo tan espectacular como su mejor vesión hongkonesa... Creo que uno de los puntos más interesantes es su habilidad para la captación de ambientes: esos bares nocturnos, parece como si el director con eternas gafas de sol jamás hubiera salido de alli. Son perfectos... hasta el punto que Memphis aparece tan deprimente como siempre
("Mystery Train").
"My Blueberry nights" no es más -ni menos- que "Chungking express" o "Days of being wild", por citar dos de mis películas favoritas del director, trasladada a otro territorio y hablada en otro idioma, pero contando lo mismo de siempre. Y creo que le ha salido muy bien.
Veo que mi voto es el primero de cinco puntos...