Interesantes reflexiones superwoobinda. De todos modos, si bien Teruo Ishii en cuanto a su prolífica carrera puede ser tan destajista como Miike, es un director que solo al final se desata totalmente y que durante su carrera lo que hace es introducir pequeños elementos subversivos en productos más estandarizados. En este sentido, la destrucción absoluta a la que somete Miike al "yakuza-eiga" solo es comparable al cine de Suzuki....y quizás al de Masumura, pero éste lleva otro rollo.
A Miike le está pasando factura la maldita "autoconsciencia", lo que convierte a un tipo que no conoce nadie y que hace pelis "frikis" en un director que demora 30 min. el inicio de una película en el Festival de Sitges porque no para de firmar autográfos. Esa "autoconsciencia" de ser un tipo "raro" le ha llevado a filmar una carta de presentación en Hollywood con "Imprint" (que a mí me encanta pero donde se recrea en su propia marca), y una nadería del calibre de "A Juvenile Big Bang Love" (que personalmente me interesa solamente a un nivel de estructura psicoanalítica). Y es que la fuerza de Miike no radica en un simple "gamberrismo", sino en su capacidad para destrozar cualquier gramática, en su incontinencia visual que derriba todo formalismo. Cuando yo afirmo que Miike "eyacula en el celuloide", casi hay que tomarlo de forma literal, porque empaña toda estructura formal...como en "Izo", obra-cumbre que a mí me costó comprender. O por ejemplo, en "Dead or Alive", que comienza con una secuencia espídica, sigue como un film crepuscular y termina....pues como termina, brillante.
Por ello "Sukiyaki" me parece una película nada arriesgada, consciente de su frikismo....sí, pero tan cuidada y trabajada a nivel visual que se convierte en carne de independencia cool sin ánimo iconoclasta, incluso a la hora de abordar un género ya de por sí paródico como es el western con spaghettis. Pero lo dicho, le daré otra oportunidad en casa y sin la algarabía de Sitges.
Saludos