Película entrañable y de esas que le gusta a todo el mundo. Aunque está basada en tiempos actuales, no deja de recordarnos (por lo menos a mí) a los que tenemos ya una cierta edad aquellos días de calle, colegio, comer y calle. En este caso es estos tiempos pero en una aldea tan pequeña que todos los niños asisten a la misma clase, sean de parvulitos o apunto de graduarse. Un día llega un chico nuevo a la aldea y como no puede ser de otra manera centra las atenciones de todos los demás estudiantes y en especial la de la única persona que está cursando su nivel.
Lo dicho, una película sencilla y que se hace de querer, sin más pretensiones que mostrarnos la rutina de la juventud en un pequeño pueblo japonés.