Un trabajo dirigido por el maestro de las marionetas Kihachiro Kawamoto que hunde profundamente sus raíces en la tradición japonesa. En el Japón feudal, la joven noble Iratsume, que destaca por su educación y su inteligencia, vive una historia de amor con el fantasma del príncipe Otsu, que se le aparece en las puestas de sol. Este cuento, desarrollado durante 70 minutos de animación tradicional en stop-motion, se divide en varios capítulos que narran diversas fases de la relación imposible entre Iratusme y Otsu. La estética está tomada de la historia feudal japonesa, y la música se basa en instrumentos de cuerda y percusión tradicionales. Incluso, el príncipe Otsu se expresa en haikus, recitados al estilo del teatro kabuki.