Pues vista y... no me ha gustado mucho, más bien casi nada. Glue es muy generoso con eso del "toque amateur"
. Estos debían trabajar por un bocadillo, poco más o menos. En fín...
La película tiene todas las constantes del género: carnicerías, sexo, policías absurdos, triadas, acción,... Todo. No se deja nada. Pero lo tiene todo a un nivel muy bajo para mi gusto. Todo está hecho como sin ganas. El primer problema son los actores. La mayor parte de ellos, afortunadamente, no hicieron nada más. Algunos con alguna pequeña carrera a su espaldas la terminaron ahí. Los más conocidos no tienen ganas de mucho. Dick Wei se debía preguntar si eso era una película de arte y ensayo, porque tras una bofetada (importante, eso sí) poco menos que ya no levanta la mano y se reserva el momento de gloria de la película, que es realmente para sonrojarse: "tienes algo detrás". Antológico. Shing Fui-On aparece de repente y es obvio que rueda todas las escenas seguidas, atemporalmente. O eso o le gusta mucho pasear justo por ese lugar del puerto. La verdad es que se le ve que estaba deseando que le mataran e irse a otra cosa. De todos, el que mantiene más elevado el listón es Billy Chow, que al menos hace lo que sabe hacer: darse de ostias. Pero la cosa es tan breve y tan así, que bueno, tampoco sirve de mucho. Los demás están para matarlos y a uno le gustaría ser el psicópata para acabar con todos ellos en diez minutos. Pero no. Sobreviven hora y media de desgana. Hasta las escenas de sexo son pura desgana. Todo es algo triste y apagado. Igual la explicación viene de que la película tiene tres directores y no se debieron conocer entre sí durante el rodaje, porque da la sensación de que hay varias películas metidas en una y que cada una salta sobre la otra al menor descuido, sin mayor explicación: la trama de los traficantes, la trama de los policías y el psicópata, la trama pasional de los zapateros. Sí, zapateros. Porque hay que decir, por si con el título no se entendía, que la historia va de un psicópata curtidor, que hace piel para los zapatos con la de sus víctimas (escasas, todo sea dicho).
Aún así, como esto es una película hongkonesa, como bien dice Glue, tenemos momentos para el delirio, como la fotografía con acceso a una oca. Pero tampoco son muchos y lo que tenemos que soportar es mayor, mucho mayor, que lo que nos vamos a encontrar.
Y nos queda la acción, que podría salvarlo todo, pero que como está hecha de nuevo con la mayor indolencia, no me salva nada. Es más, con ese toque rocambolesco de granadas que parecen bombas de humo ninjas, porque eso es lo único que hacen, lanzar humo de colores, las cincuenta armas que se pueden esconder en el cuerpo y que no se acaban nunca, los malos con antifaz (???), los disparos a la espalda en plan guay y la escena fulgurante de treinta segundos de lucha femenina, me dejaron ya loco. En fín, creo que hay infinidad de películas mejores te cojas el género que te cojas. Y no es que me importe que esté hecha con cuatro duros, figúrate, es que lo que no puede ser no puede ser y además es imposible
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