Le tenía muchas ganas porque las tres anteriores del director que había visto me habían encantado (sólo me queda por ver
For Kayako, de 1984, pero la única fuente que la tiene en la mula no arranca, si alguien la tiene y no le importa, que la comparta porfa, ya que aquí en allzine no tiene ficha) pero nada me había preparado para esto.
Más fragmentaria y onírica incluso que
Sleeping man, con una presencia de elementos fantásticos integrados o enlazados con los reales sin solución de continuidad; unos personajes sencillos pero individuales, especiales; un ambiente irreal pero verdadero... La película fluye como una duermevela, como un paseo de isla en isla, sin que la profundidad del agua sea nunca demasiada entre ellas, pero sin precisar puentes tampoco. Un pequeño archipiélago de personajes, de historias, de sueños que conviven sin marco ni red, libres y volátiles como una ballena. Quiero decir, como la imaginación.
Maravillosa ella. Y el director un genio. Sin duda uno de los mejores directores japoneses de las dos últimas décadas, pese a su escasa producción. Hay que reivindicarlo porque está bastante olvidado, y a mi parecer no ha hecho jamás algo malo, ni siquiera mediocre