La acabo de ver y siento esa sensación tan agradable que te descargan las buenas obras, sobre todo las que saben utilizar elementos tan efectivos como la música para emocionar de la forma más bella y cautivadora. Porque la película es, simplemente, hermosa. Cautiva. Es su encanto, su mejor baza, y única. Ahí tenemos el final-videoclip; perfecto, para el reciclaje argumental que carga la película. El mayor problema de la película es Makoto Shinkai: la divagante aunque tierna narración y el argumento refrito que él mismo repite más que el ajo. E-mails, cosmonautas, caminos separados, etc. Puto ajo. Lo mejor, el tratamiento de la misma historia de siempre con una imagen y un sonido espectacular. La película a veces hasta se detiene con la única intención de enseñarte lo bonita que es, porque después de todo Shinkai sabe que eso es lo que más te gusta de ella.
7/10, muy recomendable, sobre todo para tarde de verano.