Bueno, pues después de un buen tiempo en mi disco duro, por fin me vi este clásico de la categoría III y las sensaciones fueron bastante encontradas, ya que hay cosas que me gustaron mucho y otras que me costó soportar.
Empezamos con lo que menos me gustó, que es toda la parte melodramática, de sufrimiento, lloros y catársis colectiva, que me resultó demasiado babosa y encima utilizando como "arma melodramática" la deficiencia mental de los protagonistas, algo que a mi siempre me ha resultado muy problemático. Me parece muy cuestionable tanto la utilización (y remarquemos esta palabra) de gente con discapacidades de este tipo como el intento de "imitar" los gestos y comportamientos de estos. Y eso hace esta película, resultando para mi algo bastante indigesto. Ya no solo por la aparición, sino porque a veces el director lleva el dramatismo al límite y buf, me parece bastante injusto.
Lo bueno de la película es todo lo demás, especialmente esa memorable actuación de Ben Ng totalmente pasado de vueltas. Genial cómo lo presentan en su vertiente asesino/violador, siempre en planos cortos y violentísimos. En general, sus apariciones me recuerdan mucho a la de los asesinos de los giallos italianos. Curiosamente, las obsesiones del asesino las descubrimos tras un flashback que narra un suceso violento que le ocurrió en la infancia, lo que es la base de la mayoría de los giallo y de los slasher que llegaron a partir de estos (Halloween). De hecho, diría que hay homenajes a algunos giallos. Como por ejemplo que Ben Ng sacie su necesidad de violencia descuartizando a un maniquí, que es lo que pasaba en el clásico Spasmo, de Umberto Lenzi, o el flashback ya comentado con la sangre salpicada, a la manera de la gran Profondo Rosso de Dario Argento. Supongo que como géneros de explotación, el giallo y la catIII siempre se parecen algo, pero en el caso de esta película me ha parecido más remarcable aún.
Dos escenas gigantescas hacen imprescindible la película pese a sus irregularidades. La escena de la violación de Lily Chung, que tiene una frialdad y una violencia que realmente incomoda. Y por supuesto todo el tramo final con un Ben Ng demencial, que yo no sé lo que se había tomado, pero tuvo que ser algo muy fuerte