jidaigekipedia.comUna partida a muerteZatoichi and the Chess Expert fue la tercera película dirigida por Kenji Misumi sobre el espadachín ciego (antes
The Tale of Zatoichi y
Fight, Zatoichi, Fight). La primera vez que la vi tenía las expectativas bastante altas por el director y por alguna que otra reseña que la situaba entre las mejores de la saga.
Sinopsis: Zatoichi continúa su viaje huyendo de los problemas, hasta que se topa con un misterioso ronin con el que entabla amistad y se bate en conocimientos de ajedrez. Pronto descubre la importancia que tiene el juego para su compañero, y eso le hará replantearse la identidad del asesino que ronda por la zona.
Si en la entrega anterior el masajista comenzaba en la cárcel y daba muestras de vulnerabilidad, aquí se hace más evidente que nunca que es humano y falible. En primer lugar el habitual combate con el que abre cada película termina con un resultado novedoso, ya que sus adversarios continúan vivos después de la lucha. Zatoichi alega que no le gusta quitar vidas sin sentido, pero más adelante le vemos con grandes dificultades para prevenir el riesgo, y su ceguera se convierte en un gran impedimento para realizar determinadas tareas.
En contraposición al resentimiento de sus habilidades físicas está la capacidad intelectual que demuestra jugando al ajedrez. Si alguien ha probado alguna vez a jugar sin tablero sabrá lo complicado que es recordar la posición de 32 piezas, prever las jugadas y desarrollar planes sobre un campo de batalla imaginario. Normalmente pierde frente a su oponente, pero eso no le resta el mérito.
Volviendo a la relación de amistad entre Zatoichi y el que se convertirá en su rival definitivo, Kenji Misumi nos evoca la primera película de la saga, donde Hirate desempeñaba ese papel. También nos recuerda el truco de dados del espadachín que tanto nos gustó en aquella ocasión. En
Zatoichi and the Chess Expert lo repite, no una, sino dos veces, aunque la segunda lleva sorpresa.
Como decía, cuando la vi hace años tenía las expectativas muy altas y no la consideré ni siquiera entre las cinco mejores. Ahora, aunque sigo sin incluirla entre mis favoritas, reconozco que tiene todos los ingredientes para un rato de entretenimiento. Tan solo le fallan las escenas de acción, y esto es novedad con Kenji Misumi, que están muy por debajo del nivel al que Katsu nos tiene acostumbrados.